Hay personas que buscan, con gran fervor, alcanzar destaque y notoriedad durante todos los días de su vida. Luchan incesantemente para ganar mucho dinero, se esfuerzan para que sus nombres figuren entre los más exitosos y dignos de ser recordados, anhelan ser vistos como alguien que pasó por las calles de la vida dejando rastros que no serán apagados. Anhelan ser inmortalizados por sus grandes hechos.
Un día la escena donde actuaron estará vacía… ¿y sus tumbasí

Es claro que todos queremos vivir de manera tal que seamos útiles y amados por aquéllos que nos conocen. Pero, ¿cual el propósito real? La vanidad de un reconocimiento acompañado de aplausos ¿o el júbilo de saber que a través de nuestras actitudes estamos alabando y glorificando el nombre del Señor Jesucristo? Aquéllos que confían sus vidas a Dios también tendrán de encontrarse un día con el Señor. La escena de sus vidas estará igualmente vacía… ¿y sus tumbasí

Cristo volverá a buscar los que Le abrieron el corazón.
Llamará a todos los hijos de Dios por nombre, uno por uno.
Él les recibirá con mucho amor y cariño. Para cada uno Él dirá: «Venid, benditos de mi Padre». Y todos entrarán en el goce del Señor. Las escenas de sus vidas estarán vacías… y sus tumbas también. Estarán en la presencia del Señor…
¡para siempre!