Te alabará mi boca… cuando medite en ti en las vigilias de la noche. Salmo 63:5-6.

¡Auxilio! ¡Es demasiado complicado!

«He tratado de leer la Biblia pero no entiendo nada. Es demasiado larga y habla de un montón de cosas, ¡ayúdeme!»

Quizás la Biblia parezca difícil de leer, pero vale la pena perseverar. Ella se compone de dos partes: el Antiguo y el Nuevo Testamento.

El Antiguo Testamento nos habla de las relaciones entre Dios y los hombres, antes de la venida de Jesucristo a la tierra. En él se hallan libros históricos que relatan la historia del pueblo de Israel durante varios siglos. Luego hay libros proféticos en los que están consignados los diálogos entre Dios y su pueblo. Allí también se encuentran libros poéticos (por ejemplo Salmos y Proverbios) de alto valor moral y espiritual.

La segunda parte, el Nuevo Testamento, presenta la revelación de Dios en su Hijo Jesucristo. Los evangelios describen la vida de Jesús, su muerte, su resurrección y su ascensión al cielo. Los Hechos presentan el comienzo de la Iglesia en la tierra; las epístolas establecen la doctrina cristiana. Finalmente, el Apocalipsis revela los acontecimientos del final de los tiempos.

El sentido profundo del mensaje de la «Escritura» es espiritual, accesible a todos, incluso a los más sencillos. Dios se revela a quienes aceptan ser como niños (Mateo 18:3). Lo propio de un niño es creer a sus padres. Adoptemos la misma actitud ante la Palabra de Dios; su mensaje se hará claro y vivo para nosotros.

Descubra este libro maravilloso. Empiece leyendo el Nuevo Testamento. Y, cada vez que abra el libro, pida a Dios que le hable al entendimento.

Fuente: La Buena Semilla