El regalo 

Léase Lamentaciones 3.22-24

El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

EN nuestra familia siempre decíamos que la mitad del placer de participar en una actividad estaba en esperar su llegada, pero mi vida ha sido diferente desde que mi amado esposo falleció. ¿Qué puedo esperar de aquí en adelante?, me preguntaba a mí misma, mientras me preparaba para iniciar un nuevo día.

De repente me di cuenta de que el enemigo estaba obrando nuevamente, tratando de robarme uno de los dones más valiosos de Dios: el regalo de un nuevo día.

El ayer ya pasó; ya es parte del pasado. El mañana aún no ha llegado; continúa en el futuro. Pero el día de hoy es un don de Dios para nosotros/as.

Al comprender esto, mi perspectiva cambió. Por estar más cerca de los ochenta que de los setenta, ciertamente no puedo adelantarme al futuro ni debo temerlo. Dios me ha dado el día de hoy y está conmigo. Tengo el día de hoy, un día para caminar con Cristo, para comprobar su fidelidad, para vivir en el poder de su resurrección. Así que «estaré contenta y feliz en él» (vea el Salmo 118.24).

Sra. Pauline Lewis (Bridgend, Gales)

 Oración: