El Líder Va Adelante 

«A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.  Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz» (Juan 10:3, 4).

Abbott, el historiador, nos relata que una característica de Napoleon era no mandar un soldado hacer un algo que él mismo no estuviese listo a hacer.  En cierta ocasión, ordenó a su ejército que cruzase un río.  Viendo que los soldados estaban reluctantes en obedecer su orden, él montó en su caballo y, con voz firme y alta, gritó: «¡Soldados, sigan a su general!»

Fue el primero en lanzarse en el río y el primero en alcanzar el margen del otro lado.  Su ejército, viendo su coraje, lo aplaudió y siguió sin más ninguna hesitación.

Cristo, el Buen Pastor, lleva sus ovejas.  Va en la frente, guiando, enseñando, mostrando el camino.  Sus ovejas lo siguen sin temer, sin titubear, pues, confían en él.  Es el ejemplo, Su voz es animadora, Sus consejos enriquecen el alma, Su Palabra alumbra los lugares más oscuros.

Cada un de nosotros, seleccionados por Dios para llevar a los perdidos a la salvación, necesita igualmente dar el ejemplo en todas las circunstancias.  Si anhelamos que uno altere su manera de vivir, necesitamos mostrar primeiramente nuestra vida transformada.  Si incentivamos alguien a arrumbar el enconamiento y colocar en práctica una vida de perdón, es necesario que el amor brille en nuestro corazón.  Si proclamamos que la alegría sigue a los que creen en Cristo, necesitamos estampar una sonrisa que no se apaga por motivo alguno.

Si usted ya aprendió a amar, perdonar, alabar a Dios y dejarse dirigir por la enseñanza de Su Palabra; si su semblante irradia vida y vida con abundancia; entonces no hay nada que impida a usted de ser una bendición dirigiendo muchos al Salvador.