Para que…
seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura,la longitud, la profundidad y la altura. Efesios 3:16-18.

Cuatro dimensiones – el Devocional Diario

En la epístola a los Efesios Dios nos revela lo que estaba en su corazón desde la eternidad. Él nos comunica su plan. Con admiración descubrimos que nosotros, los creyentes, estamos incluidos en esos eternos pensamientos. Desde antes de la fundación del mundo (1:4), él nos escogió en Cristo para ser sus hijos, quienes pronto habitarán para siempre en la casa del Padre y gustarán de su amor. ¡Qué infinita y sublime gracia!

En el versículo del encabezamiento se trata de las cuatro dimensiones de este eterno y divino propósito.

En su anchura incluye a todos los creyentes, Dios no olvida a ninguno; pensó en ellos antes de que existieran.

La longitud de su resolución es infinita. En la eternidad pasada ella se originó en el corazón de Dios; y en la eternidad futura alcanzará su completa y permanente realización.

La profundidad nos hace pensar en nuestras necesidades como seres lejos de Dios. ¡De qué profundidad tuvo Él que sacarnos para poder hacer de nosotros sus hijos! Para esto fue necesaria nada menos que la cruz del Gólgota. ¡Qué insondable profundidad encontramos en los sufrimientos y el abandono del Señor en la cruz! Hasta esta profundidad bajó nuestro Señor y Salvador.

La altura es la gloria a la que el Señor Jesús subió después de haber cumplido la obra de la salvación. Y de allí, donde él está ahora, vendrá a buscarnos para que estemos siempre con él. ¡Qué bienaventurada esperanza!