Las palabras son la manifestación de lo que piensa tu corazón, tu las preparas o imprudentemente las sueltas, y cuando es así las consecuencias pueden ser sin proponértelo de gran bendición o de destrucción.

Toda esta en tu corazón, en el se aloja amargura o amor y perdón. Y de eso habla tu boca. El poder de las palabras transforma o arruina y destruye.
Dios en su infinita misericordia dejó su palabra escrita para que guardes y hagas conforme a todo lo que te dice, y así todo te salga bien. De ti depende andar por ahí guiado por tu propia prudencia y la de tu amigo o fiarte de Dios con todo tu corazón a través de su palabra que es fuente de vida.

Anda con sabios y sabio serás, pero juntate con necios y tendrás problemas, en otras palabras dime con quien andas y te dire quien eres.

“El hombre malo, anda en perversidad de boca; guiña sus ojos, habla con sus pies, indica con sus dedos; odio hay en su corazón, anda pensando mal en todo tiempo; enciende rencillas.”

(proverbios 6, 12).

Pero el hombre sabio allá gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.

La palabra de Dios puede tener gran influencia de bendición en tu vida y la de los que te rodean si te dispones. Puedes enaltecer las cualidades y logros de tus amigos, tus familiares, e hijos hablar siempre en bien decir es decir en bendición y la recompensa será igual que la de tus palabras. Pero si por lo contrario solo destacas sus errores, sus defectos, el odio y el rechazo, eso mismo recogerás.

Lector a veces es bueno evaluarse y evalúar a las personas que te rodean, ojo pero sin condenarlas,sólo para que hagas un alto en el camino y decidas ser persona grata a los ojos de Dios y de los hombres.

LA PALABRA DESTRUYE O TRANSFORMA.