Nuestra imagen de Dios está compuesta de ideas, pensamientos y sentimientos que nos hemos forjado sobre Dios a través de los años y de una experiencia más o menos religiosa. Todo ésto nos ha llevado una u otra vez a hacernos la pregunta ¿cómo es Diosí O ¿cuál es el verdadero carácter de Diosí O ¿cuál es la imagen correcta de Diosí La respuesta humana es la de tratar de colocar a Dios en un compartimiento cómodo de la mente, encajonarle en un lugar donde poder manipularle. Pero éso es muy peligroso.

Y digo peligroso porque le deja a uno con un vacío interior, sin propósito, sin metas, sin razón de ser. Le coloca a uno en una búsqueda sin dirección ni orientación. Una búsqueda que por cierto no es nueva… En el libro de los Hechos encontramos a Pablo en una ciudad tan religiosa que tenían un templo dedicado AL DIOS NO CONOCIDO, por si acaso se les había olvidado alguno. Y el caso es que en nuestras iglesias del siglo XXI encontramos también una gran variedad de imágenes falsas de Dios. Entre ellas están:

El Policía Cósmico que representa a un dios evaluando constantemente lo positivo y lo negativo de nuestras acciones. Cuidando de un marcador espiritual que al final reflejará un resultado que permitirá, o no, la entrada en el cielo.

El Abuelo Universal es el otro extremo del anterior. Este es un dios bonachón, con un amor que realmente echa a perder a sus hijos. No habrá ninguna evaluación, juicio o castigo para nadie.

El Señor y Amo de lo Religioso es un dios muy conveniente ya que sólo se le permite regir en la esfera de lo religioso. Las demás áreas de la vida están prohibidas para este dios.

El Relojero Divino es el dios que puso en marcha la creación pero lo demás está en manos de la humanidad. Este dios no quiere intervenir ni puede hacer nada para influir en los desenlaces de la historia. Este es el dios de la evolución.

¿Qué se puede esperar de estos diosesí Pues uno no tiene más que mirar alrededor y ver lo que está ocurriendo. Hoy en día no hay país sobre la faz de la tierra donde no haya alguna batalla de carácter social-espiritual. Abundan los debates y luchas sobre los niños, el divorcio, el sexo, el aborto, la familia, etc., etc. El caos que todo ésto produce es resultado de la adoración ante altares de dioses falsos. Y desafortunadamente los adoradores están no sólo fuera sino también dentro de la iglesia.

El verdadero carácter de Dios lo vemos reflejado en varios pasajes bíblicos. Pero el que a mí me ha impactado más y siempre tengo presente, en cuanto a este tema, es el relato que se encuentra en Lucas 15:11-32 también conocido como la Parábola del Hijo Pródigo.

Es un pasaje muy conocido, aún por el inconverso, donde vemos la respuesta de un padre a las acciones irracionales de su hijo. Por supuesto que el padre representa a Dios mismo y el hijo a todos nosotros. Para mí lo más impresionante de esta historia es que una vez que el hijo vuelve en sí, se arrepiente y decide regresar, el padre le recibe sin condiciones.

Es más si comparamos el versículo 18, donde el hijo prepara un discurso de arrepentimiento, con el versículo 21 donde leemos lo que de hecho llega a decir, vemos el carácter divino en acción.

El padre dejó que el hijo expresara su remordimiento en el versículo 21 pero ni siquiera iba a considerar el tratarle como a uno de sus jornaleros. El amor-ágape de Dios es un amor sin condiciones, sin barreras, sin tapujos, sin revanchas, sin intereses de ningún tipo.

Ésta es la verdadera imagen de Dios, la que me mantiene diariamente a flote. La que buscan todos pero no todos quieren aceptar, que Dios es amor (1Juan 4:16).