Actores Y No Expectadores

«Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra» (2 Crónicas 7:14).

El derrotismo cristiano entristece a Dios.  Debemos rechazar a permanecer como meros expectadores mientras nuestra nación es envuelta en las tinieblas.  Los discípulos del Señor deben ser conquistadores y no conquistados.  Será que ya olvidamos de que los cristianos del primer siglo, enfrentando dificultades mayores, «cambiaron el mundo de cabeza para bajo» Será que habemos nos dejado abatir por las tribulaciones a punto de olvidar del orden de Cristo, «Negociad entre tanto que vengo.»

Los cristianos deben ser la «sal»de la nación, un instrumento de preservación. Si las circunstancias son negativas, es necesario que haya un esfuerzo para cambiarlas.  Si el desánimo y el conformismo se instalan en los corazones, es preciso que la esperanza continúe a ser sembrada.  Si los ojos desalentados solo consiguen ver rayos y truenos, es importante que se proclame: «El Sol de la Justicia volverá a brillar»!

Mas alla de dar sabor a lo que parece insípido, el cristiano también debe pone en práctica su función de «luz del mundo».

No hay obscuridad donde la luz esta presente, no hay tropezones cuando se conoce el Camino alumbrado, no hay temor si, además de la luz, se puede caminar de manos unidas con el creador de la luz.

Y para que el cristiano sea sal y luz, necesita se dejar moldear por el Señor.  para que no sea un mero expectador, necesita colocar la vida en el centro de la voluntad de Dios.  Para que sea una bendición en su nación, necesita mantener un íntimo contacto con su Salvador, para mejorar su vida cada dia y para que sus vestíduras esten limpias todo el tiempo.

Usted se conforma en ser expectador o ¿anhela participar activamente en la transformación de su tierra?