DEVOCIONAL DIARIO – NUBES Y VIENTO , Y NADA DE LLUVIA

Nubes y viento, y nada de lluvia, es quien presume de dar y nunca da nada. Si encuentras miel, no te empalagues; la mucha miel provoca náuseas. No frecuentes la casa de tu amigo; no sea que lo fastidies y llegue a aborrecerte. Un mazo, una espada, una aguda saeta, ¡eso es el falso testigo contra su amigo! Proverbios 25:14-18

Nada en exceso es bueno. Dice la sabiduría popular, que está bien culantro pero no tanto porque hace daño al estomago. Por ejemplo hablando de excesos, leí que el exceso de dulce es peligroso porque al mezclarse con tu sangre se vuelve veneno que te puede llevar a una mutilación de tu cuerpo. Hay gente que también presume y exagera de todo, exagera en palabras, exagera en intenciones, exagera y cacarea y termina mintiendo porque fue demasiado excesivo en sus humanas intenciones. Será que el que peca con su boca y dramatiza de cariñoso puede esconder en esa manera empalagosa de mostrar afecto un orgullo escondido, solo una apariencia que no lo llevará a nada porque Dios siempre saca lo escondido a la luz.

«Conocemos bien el orgullo de Moab, ese orgullo exagerado. ¡Tanta soberbia y tanto orgullo! ¡Tanta arrogancia y altivez! Yo conozco su insolencia, pero sus jactancias no logran nada —afirma el Señor—.

Para los que tienen personalidad efusiva, ojo con lo que dice el Señor, hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios sana. Saeta mortífera es su lengua, engaño habla; con su boca habla cada uno de paz a su prójimo, pero dentro de sí le tiende emboscada.

Creo que la mejor vacuna para los que sufrimos de efusividad es la palabra de Dios, mejor controla tus intenciones, mejor sopesa tus actitudes, mídelo todo con la palabra de Dios, ¿se ajusta bien a la manera de ser de Diosí ¿Expresarás lo justo y santo, lo correcto y prudente? No te apresures, toma el tiempo para evaluar primero, la desesperación no es un atributo de Dios, acuérdate que él es paciente, hasta el amor que nos ofrece es equilibrado. No exageres, no caigas en el papel de empalagoso, no seas falso testigo contra tu amigo, no presumas de dar, cuando no estás dando en realidad nada.

No me quites de la boca la palabra de verdad, pues en tus juicios he puesto mi esperanza.

Con amor

Martha Vílchez de Bardales