Reflexión – Yo Anhelo… ¡Yo Venceré!

«…y serás bendición» (Genesis 12:2).

Un joven ministro, recién formado, estaba siendo entrevistado por la directoria de una iglesia para posición de pastor. Uno de los miembros de la directoria, que parecía el más de edad, miró seriamente para él y preguntó: «Joven, ¿Dios le mandó aquí?» Él contestó: «Probablemente». El hombre de edad preguntó nuevamente: «Joven, ¿Dios mandó usted aquí?» El joven, pareciendo sin palabras, contestó: «Yo espero…» El miembro de la directoria interrumpió una vez más y volvio a preguntar: «Joven, ¿Dios mandó usted aquí?» Finalmente, con todo su coraje, el joven dijo: «Yo no sé. Quiero ser un pastor. Pero yo no sabré con certeza hasta que usted me acepte.» El entrevistador se sento en su silla y dijo: «Ahora si. los cuatro últimos jóvenes dijeron que habían sido mandados por Dios y nosotros nada tuvimos de ellos a no ser enfados.»

¿Cual ha sido nuestra disposición con relación a los planes trazados para toda nuestra vida? ¿Hasta que punto estamos dispuestos a luchar para alcanzar nuestros propósitosí Y en la caminata en dirección a nuestros sueños, ¿como encararemos las posibles dificultades y los probables fracasosí

Dios prometió estar a nuestro lado todos los días y prometió también dar nos victorias. ¿Y nosotros, qué hemos prometido? ¿Estamos concientes de que las conquistas solo serán conseguidas si hay determinación, osadía y mucha fe? No podemos esperar éxito si nuestro corazón no está anhelando ardientemente el éxito. No alcanzaremos una vida victoriosa si dentro de nosotros no hay el clamor incesante por la victoria. Nuestro testimonio no mostrará un brillo fulgurante si no permitimos que Cristo dirija todas nuestras actitudes.

Nuestra bendición, por tanto, no depende de bellas palabras que vamos a decir a Dios, pero de una íntima relación con Él y de la disposición en agradarlo en todas las circunstancias de nuestras vidas.

¿Quiere ser una bendición? ¿No se desalentará delante de las luchasí Entonces, tenga certeza, ¡usted lo conseguirá!