PARA CRISTIANOS – IDENTIDAD CRISTIANA

«Todos los pueblos marchan en nombre de sus dioses, pero nosotros marchamos en el nombre del Señor, en el nombre de nuestro Dios, desde ahora y para siempre.» Miqueas 4:5

Es notable como la barra brava condiciona. Cada vez que hay un partido de football, entre los muchos espectadores que asisten a la cancha se nota la presencia de la barra del cuadro local. Frente a estos muchachos, la hinchada alienta más, canta más y agita más las banderas. Presionan con su presencia y marcan el paso del aliento. Quizá es notorio esto por las noticias que vemos en la tele, pero este condicionamiento que se impone en los grupos sociales es bastante más común de lo que suponemos.

En el colegio, cuando todos hablan de sus experiencias sexuales, el cristiano tiende a guardar silencio. Pararía mucha vergüenza si llegar a decir que es virgen como manda la Biblia. En la reunión sindical, cuando todos los obreros critican con dureza a la patronal, el cristiano tiende a guardar silencio. La pasaría muy mal si propusiera ser respetuoso de los dueños como recomienda la Biblia. El entorno condiciona.

El pueblo de Israel en tiempos de Miqueas sufría el mismo mal que nosotros hoy. Vivían rodeados de pueblos y culturas que adoraban a otros dioses. Eran mayoría, tenían mayor poder económico y militar, tenían mayores recursos, eran más prósperos y parecía que tenían la razón. Y cada vez que un pueblo dominaba a otro, los sometidos adoptaban los dioses de los vencedores y dejaban sus costumbres religiosas por las nuevas y supuestamente más poderosas.

Se acomodaban al mejor postor, para mantener su status o su convencía económica. Por eso habían perdido su identidad. Miqueas levanta la bandera de la fidelidad a Dios y sostiene que aunque los demás se vendan; ellos iban a andar en el nombre de Jehová. Aunque fueran vencidos y sometidos, ellos iban a mantenerse fieles a Dios. Ellos iban a mantener su identidad.

Pasaron muchos años, y la cultura no ha cambiado. Muchos hoy siguen cambiando sus ideales para adaptarse a las circunstancias que los rodean, y tratan de esa manera de evitar problemas y estar más tranquilos. Es cierto que mantenerse fiel a Dios en este siglo XXI tan corrupto, es ir en contra de la corriente y eso es muy difícil. Pero Miqueas nos alienta a levantar la bandera de nuestra identidad cristiana y mantener la santidad cotidiana.

REFLEXIÓN — El entorno condiciona pero no te determina.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany