Reflexiones Diarias – No Guardar el Tesoro para Sí Mismo

Pronto estoy a anunciaros el evangelio… no me avergüenzo del evangelio,porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Romanos 1:15-16.

¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique? Romanos 10:14.

En la ciudad, para reducir la circulación y la contaminación atmosférica, se aconseja a los habitantes agruparse para utilizar el mismo vehículo. En la escuela se solicita a voluntarios para atender a los niños de escasos recursos que necesitan apoyo escolar. Cierto artista de renombre, cuya fortuna es considerable, distribuye generosamente dinero a sus amigos u organismos de ayuda humanitaria…

Sin duda es bueno poner bienes en común o compartir conocimientos especializados o prácticos, pero hay una esfera en la que aún menos egoístamente se debe guardar lo que uno posee: la de la fe. Nuestro Dios “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Espera que todos los creyentes den a conocer alrededor de ellos el mensaje del Evangelio.

Amigos cristianos, nos regocijamos al saber que Jesús, el Hijo de Dios, nos amó y se dio a sí mismo por nosotros (Efesios 5:2). ¿Cómo podríamos guardar esta felicidad para nosotros, sin procurar compartirla con los que nos rodean? “Hoy es día de buena nueva”. ¡No callemos! (ver 2 Reyes 7:8-10). “¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación!” (Isaías 52:7).