Reflexiones Diarias – ¡Soy Un Afortunado!

«Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor» (Salmos 33:12).

Eduardo , un niño inteligente y muy comunicativo, tuvo que ser transferir para una nueva escuela despues las vacaciones de medio del año. Por ser muy comunicativo y dicharachero, luego conquistó la amistad de los colegas y, también, de su nueva profesora. Un día, al final de la tarde, cuando la clase había acabado, Eduardo buscó a su profesora y dijo:

«Doña Mercedes, tengo un recado para darle, de mi profesora anterior. No está escrito en papel, pero guardado en mi cabeza». Él se inclino sobre la mesa de la maestra y continuó: «Le Mandó decir que la señora es muy afortunada por yo estar ahora en su clase.»

¡Realmente el niño era muy inteligente! Y quizá la maestra fuese realmente una dichosa por tenerlo allí, alegrando sus días…

Pero yo quiero apenas aprovechar el tema de nuestra ilustración para hablar de otro tipo de suerte — o mejor, de bendición. Hablo de alguien que también es Maestro. ¡Es el Maestro de los maestros! Pero los afortunados o considerablemente benditos somos nosotros, y no Él. ¡Como somos felices por ser sus discípulos! ¡Cómo somos felices por ser amados por Él! ¡Como somos felices por caminar debajo de Su protección y gracia! ¡Como somos felices por tenerlo a nuestro lado todos los días de nuestra vida!

Aquel niño, en su alegría infantil, conquistó su profesora y todos sus colegas de sala. Su felicidad era apreciada por todos que estaban a su rededor. Todos se sentían bien junto a él. ¿Y nosotrosí ¿Hemos conquistado la amistad y la confianza de nuestros amigosí ¿Hemos agradado a nuestro Señor y a todos qué están con nosotrosí ¿Hemos sido motivo de regocijo de los qué nos conocen? ¿Hemos compartido nuestra felicidad con todos los qué encontramos por el camino? ¿Hemos sido una luz, un ejemplo, una bendición por dónde pasamosí

Que podamos ser gratos y decir a nuestro Señor y Maestro: «¡Soy muy afortunado — bendecido — por tenerlo en mi corazón!

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