La Oportunidad Cristiana

«Así que, según tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos y mayormente a los de la familia de la fe.» Gálatas 6:10 (RVR)

La necesidad y la pobreza tienen más que ver con el espíritu que con la billetera.

Compartieron esta historia en el boletín de oración de la iglesia:

Un niño fue con sus padres al circo. Estaba muy contento por la posibilidad de visitar el espectáculo. En la fila para sacar boleto, estaban detrás de una familia numerosa. El padre, la madre y ocho hijos. Se notaba que su condición social era baja, pero estaban todo prolijos y limpios. Y todos hablaban con excitación de lo que iban a poder ver, los payasos, los malabaristas, los animales.

Cuando el padre de familia se acercó a la boletería pidió con voz firme y feliz: dos entradas mayores y 8 menores. Pero cuando el boletero le dijo el precio de las entradas, sus hombros decayeron y bajó la cabeza ¡¡¿¿cómo iba a darse vuelta para decirle a su familia que no le alcanzaba para pagar las entradas de todosí?!!
El papá del niño se dio cuenta de la situación, rápidamente sacó su único billete de cien pesos y lo tiró al piso. Al levantarlo, le tocó el hombro al padre de la boletería y le dijo: Disculpe señor, se le cayó esto del bolsillo.

El hombre no había pedido nada, solo estaba juntando fuerzas para enfrentar la desilusión de sus hijos. Al darse cuenta de lo que sucedía, tomó con firmeza las dos manos del papá del niño y le dijo: Muchas gracias caballero, ¡no sabe lo que significa esto para nosotros!, muchas gracias.

El niño esa noche regresó a su casa sin poder ver el circo, pero extremadamente feliz por lo que había hecho su padre.

Mientras releía esta historia y la repasaba en mi mente, me di cuenta que la emoción al leerla es tan intensa como la escasez de oportunidades para imitarla. No porque las oportunidades no existan, sino simplemente porque no tengo la intención de verlas.

En lugar de identificarme con el padre del niño, me imagino a mi mismo mirando para otro lado, cuidando mi billete de cien pesos y pensando solo en lo bien que la vamos a pasar con mi familia en el circo. Solo tengo mirada para las oportunidades que son de mi beneficio, pero soy muy ciego para ver la necesidad ajena.

REFLEXIÓN – Vos, ¿Qué vésí

Un gran abrazo y bendiciones

Dany