Devocional Diario – Relativo

«Dad al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios.» Marcos 12:17 (RVR)

El miércoles 22 de febrero a las 8:32 am un tren de la línea TBA que hacía el recorrido Moreno – Once se quedó sin frenos y golpeó el paragolpes de la estación con la formación cargada de pasajeros que iban a trabajar. El segundo vagón, en lugar de rebotar contra el primero, lo montó e hizo un acordeón de fierros. Se incrustó siete metros dentro del primer vagón. El golpe fue terrible. El saldo del accidente fueron 51 personas muertas y más de 750 heridos.

Si bien yo viajo diariamente en la misma línea TBA, el recorrido que tomo es otro. Por lo que el accidente no me afectó directamente.. Sin embargo hubo más de 800 personas que sufrieron este terrible accidente y sufren (ellos y sus familiares). No estábamos en Buenos Aires ese día, así que nos enteramos por las noticias y escuchábamos como se sucedían los hechos.

Familiares peregrinando de un hospital a otro buscando a sus heridos, o llegando finalmente a la morgue para reconocer el cuerpo. Escribirlo así parece un detalle menor, pero si por un segundo nos ponemos en la piel de esa persona que recorrió seis hospitales y en ninguno encontró a quien estaba buscando, podríamos sentir algo del dolor, desesperación, impotencia y sufrimiento que estas personas padecieron.

Los que murieron o quedaron heridos, estaban viajando para ir a trabajar, como solían hacerlo todos los días. Como lo hago yo todos los días. Pero 51 de ellos murieron entre los fierros de los vagones sin poder escapar. Este pensamiento me atormenta y me hace poner en la balanza las prioridades de mi vida. Si hubiera estado en ese tren, tal vez jamás hubiera vuelto a casa a cenar con Miri, Juampi y Connie.

Y al pensarlo así, muchas cosas cotidianas se relativizan y pierden valor. Frente a la dureza de la muerte no buscada, nuestras miserias cotidianas, nuestros objetivos mezquinos, nuestros enojos por pavadas, nuestras tonterías y egoísmos parecen sin sentido. ¿Qué hubieras hecho vos la noche anterior si hubieras sabido que tenías que subir en ese tren al día siguiente? ¿Hubieras discutido con tu esposa? ¿Hubieras mirado esa película? ¿Hubieras hecho lo que hiciste?

Hoy Dios nos da una preciosa posibilidad. Hoy podemos hacer algo. ¡Todavía estamos vivos!

REFLEXIÓN – No relativices tus oportunidades. Hoy es tu tiempo de hacer.

Un gran abrazo y bendiciones