El Pueblo escogido de Dios hoy

«Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.» Deuteronomio 7:6 (RVR)

Sergio Chocobar me compartió este pensamiento y me pareció excelente.

La selección argentina de futbol jugó contra Ecuador por las eliminatorias para el mundial de Brasil 2014 y Messi fue una vez más la figura del partido. No solo hizo un gol, sino que ratificó lo que viene haciendo en su equipo, el Barcelona. Fue un placer verlo jugar. Siete días más tarde, en New York, en un partido amistoso contra Brasil, tuvo otro momento increíble. Argentina estaba jugando muy mal y perdía con justicia. Pero apareció nuevamente y Argentina terminó ganando 4 a 3 con ¡3 goles de Messi!

Todos los periodistas que comentaron estos partidos coincidían en el mismo concepto. Este Messi es un jugador diferente. Es un jugador escogido. No es del montón. Es especial. En los entrenamientos se esfuerza como los demás jugadores y no sobresale de entre sus compañeros. Pero en el momento del partido, hace cosas increíbles. Y muestra que es distinto. Porque en la cancha hay que demostrar que somos especiales.

El pueblo de Israel tenía esta misma marca distintiva, era un pueblo especial, escogido. De todas las naciones que había en la tierra, Israel fue elegido para ser el pueblo de Dios. Era un pueblo especial, distinto a todos los demás, pero que al momento de salir a la cancha, no pudo demostrarlo. Se quedó en las buenas intenciones y terminó fracasado. Tenía todas las herramientas para mostrar que era distinto, pero terminó en la mediocridad de imitar a los demás.

Dios eligió a otro pueblo especial. Lo llamó «la Iglesia» y nos hizo parte de ese equipo. Hoy somos distintos. Tenemos una naturaleza divina y somos el pueblo escogido de Dios. Tenemos todos los atributos para marcar la diferencia. Y la pregunta obligada es: ¿te ven como alguien distinto? Fuiste escogido por Dios para mostrar algo diferente.

Y si bien en el entrenamiento parecemos todos iguales, al momento de jugar el partido, debemos mostrar que no lo somos. Y que todos vean que somos escogidos para mostrar excelencia. Seguramente nunca vas a estar en un estadio ante 50.000 personas que griten tu nombre. Pero Dios espera que en tu barrio, en tu trabajo, en tu colegio o en tu familia todos vean que sos un crack para Dios.

REFLEXIÓN – Sos distinto, ¿se nota?

Un gran abrazo y bendiciones

Dany