La mejor terapia y la máxima protección

“ Y COMO ELLA LO PRESIONABA… TODOS LOS DÍAS… CASI SE MURIÓ DE ANGUSTIA” (Jueces 16:16 RVC)

Cuando estás emocionalmente agotado y bajo presión, eres vulnerable y propenso a cometer errores graves. Eso mismo le pasó a Sansón. Notemos cómo Dalila consiguió derribarlo: “Y como ella lo presionaba y lo importunaba todos los días, su ánimo decayó y casi se murió de angustia, así que le abrió su corazón y le confesó…” (Jueces 16:16-17 RVC).

Puedes ir a la iglesia todas las semanas y saberte la Biblia de memoria, pero nada de eso te aprovechará si andas extenuado física y espiritualmente. Y lo que es peor, es difícil vivir con una persona así, y casi imposible ayudarla, porque su mente está presa de una fuerza negativa. ¿Qué se puede hacer?

1) Examina tus compañías. Cuando necesites descanso y alivio, acude a las personas adecuadas; cuando te sientas decaído, busca a aquellos que te puedan levantar. El salmista dijo:“Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos” (Salmo 119:63).

2) Comprueba tu “indicador de combustible”. Sansón se agotó cumpliendo una buena causa porque no alimentó su alma. ¿Haces tú lo mismo? En el tradicional desfile de Año Nuevo del Torneo de las Rosas en California, una carroza muy hermosa de repente empezó a ahogarse y se paró –porque no tenía combustible. Todo el desfile tuvo que detenerse hasta que alguien trajo una lata de gasolina. Lo más irónico fue que dicha carroza representaba a la empresa petrolera Standard Oil Company.

La Biblia dice: “Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Isaías 40:29). Conforme pasas tiempo con Dios en oración y en la Palabra, Él te dará fuerzas y te devolverá la paz y la estabilidad. Ésa es la mejor terapia; ¡y la máxima protección!