El Amor es Un fundamento firme

Esto os mando: Que os améis unos a otros. – Juan 15:17

En Lucas 6:47-48, Jesús dijo: «Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca».

Probablemente ese pasaje sea conocido para usted. Pero hoy quiero que haga algo diferente con él. Quiero que lo una con lo que Jesús dijo en Juan 15:17: «Esto os mando: Que os améis unos a otros».

«Amor»: Esa palabra resume todo lo que Jesús no dijo que hiciéramos. Si usted edifica su vida sobre el amor, ni siquiera las tormentas más violentas de este mundo podrá sacudirlo. El amor lo hará resistente en todo aspecto de su vida.

Si usted edifica su familia sobre el amor, podrá recobrar a los que el diablo le ha robado. Usted los puede ganar para Jesús con el amor de Dios.

Si edifica su negocio o empresa sobre el amor, prosperará más allá de lo que pueda imaginarse. Yo tenía un amigo que hizo eso. Montó un negocio de radio y televisión en su iglesia. Él quería comprar una radioemisora que pertenecía a un judío, y le ofreció un precio tan bueno por ella que este se quedó sorprendido.

«¿Por qué me ha ofrecido un precio tan estu¬pendo?», le preguntó el propietario judío. Y mi amigo le dijo: «Porque la Palabra de Dios dice que si yo lo bendigo a usted, Dios me bendecirá. Por lo tanto, voy a procurar que usted obtenga la mejor parte de este negocio».

Antes de que concluyeran el negocio, el judío dueño de la radioemisora había recibido a Jesucristo como el Señor de su vida. Los dos llegaron a prosperar y a predicar el Evan¬gelio de Jesucristo por la radioemisora.

Cuando el amor reina, hay prosperidad.

Decídase hoy a andar en amor y a edificar su casa sobre la roca. Así, cuando las tormentas de la vida azoten el hogar, el trabajo o cualquier otra cosa, usted podrá estar tranquilo y seguro en el conocimiento de que el amor nunca deja de ser.

1 Corintios 13:8-13

13:1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
13:2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
13:3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
13:4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
13:5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
13:6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
13:7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
13:8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
13:9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
13:10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
13:11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
13:12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
13:13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.