Tú eres la Iglesia del Señor. Parte 1

«…A FIN DE CAPACITAR A LOS SANTOS PARA LA OBRA…» (Efesios 4:12 LBLA)

Si crees que los datos de desempleo en tu país son desastrosos, considera la Iglesia. El veinte por ciento de los miembros aporta el ochenta por ciento de los ingresos y hace el ochenta por ciento del trabajo. El resto se conforma con ser espectadores. Es muy fácil sentarse en el banco y criticar: ‘¿Por qué la iglesia no hace esto, o aquello?’ Un momento: Tú eres la iglesia, ¡haz algo! O a lo mejor dices: ‘Dejé la iglesia porque no me gustaba cómo se llevaban las cosas.’ Pero la realidad es que no dejaste la iglesia, puesto que es el Cuerpo de Cristo. Por lo tanto, en lugar de hablar de las carencias de la iglesia, mírate en el espejo y pregúntate: ‘¿Qué estoy haciendo para el Señor?’

¿Sabes a qué se le llama un «entrenador de sillón»? A alguien que analiza el partido después de acabar, critica a los jugadores, se queja de las decisiones arbitrales y se conforma con sentarse en el banquillo y ser espectador en lugar de jugador. Se necesita gran dedicación para pasar horas entrenando, sabiendo que el público te puede abuchear, que el jugador contrario te va a golpear y que vas a salir del campo dolorido y cubierto de suciedad. La Biblia dice que la función del pastor es «…capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños…» (Efesios 4:12-14 LBLA).