Que dice la Biblia de confiar en Dios

«Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar.» Salmo 46:1-2 (NVI)

Me desperté esta mañana y todo parecía normal. Miri respiraba suavemente con la tranquilidad de estar durmiendo relajada. Juampi estaba durmiendo muy aliviado en su cama. Connie estaba como siempre durmiendo destapada con la gracia de una princesa. El parque estaba tan verde como siempre y el sol brillaba con fuerza.

Anoche se acababa el mundo según el calendario maya. Muchos cometieron todo tipo de excesos argumentando que era su último día en la tierra, otros se agruparon en lugares cósmicos a la espera del acontecimiento que jamás llegó. Otros se resguardaron en el temor de la incertidumbre durmiendo intranquilos.

Yo elegí quedarme con una frase que leí en internet: Mi confianza está en Dios, no en el calendario maya. Es fácil hablar con el diario del lunes, y es sencillo escribir esto, cuando la vida te sonríe y no tienes problemas. Era una obviedad que no iba a pasar nada y que todo era una fantochada agrandada por la prensa y la publicidad en internet.

Pero ¿Qué pasa cuando de verdad tu vida se ve trastocada por un problema? ¿Cómo queda tu ánimo cuando en lugar de recibir lo que deseas, solo te llegan problemas y frustracionesí Es fácil confiar cuando todo va bien. Es fácil cantar a Dios, orar y serle fiel cuando todo funciona y estás en la plenitud de tu vida.

Pero ¿Qué pasa cuando tu mundo se desmorona, cuando tus montañas se hunden en el mar de la decepción o de la tristeza? David no conocía de los mayas, pero sabía de las frustraciones. Por eso nos da su argumento para sobrevivir a las catástrofes. Para David, Dios es su amparo y fortaleza. Es su ayuda en el momento difícil, es su refugio y su seguridad. Por eso, David no confiaba en el calendario maya, ni en sus fuerzas, ni en sus armas, ni en sus ejércitos. Solo confiaba en Dios.

Hoy seguimos viviendo, igual que ayer y anteayer. Al final no se acabó el mundo; pero tus problemas siguen. Para el desmoronamiento de tus mundos e ilusiones, Dios es tu confianza, es tu fortaleza, es tu sostén, es tu fuerza, es tu escudo, es tu Dios.

REFLEXIÓN – ¿en quién confiásí

Un gran abrazo y bendiciones

Dany