Podado para llevar más fruto para Jesús

«…EL QUE PERMANECE EN MÍ… ÉSTE LLEVA MUCHO FRUTO…» (Juan 15:5)

Hay quienes creen que la vida cristiana es un lecho de rosas, otros la ven como un campo de batalla. Los primeros afirman: ‘Si tengo suficiente fe, nunca estaré enfermo, ni me faltará dinero, ni tendré problemas.’ Los segundos dicen: ‘Tengo más pruebas que el santo Job.’ En realidad, la calidad de tu fe se mide en los momentos difíciles. Cuando tu situación financiera es crítica, necesitas tener fe para creer que el Señor es Jehová-Jireh, el Dios proveedor. Si estás luchando con una enfermedad, tienes que creer que Él es Jehová-Rapha, el médico que prometió sanarte. Jesús dijo: «…El que permanece en mí… éste lleva mucho fruto…» (Juan 15:5).

Fíjate bien que las bendiciones llegan si «permaneces» y estás cerca del Señor. Si lo que quieres es dar fruto antes de haber sembrado las semillas, acabarás sirviendo a Dios motivado sólo por sus bendiciones, y no por lo que Él significa para ti.

Una cosa más: No uses tu fe para hacer de menos a nadie. El hecho de que te hayas graduado, ¡no te da derecho a quemar la escuela!

Acuérdate de los exámenes que suspendiste; a pesar de esos fracasos, Dios te hizo salir adelante, ¿verdad? Pues lo mismo hará con los demás. Es cierto que la vida cristiana es un campo de batalla, donde la intensidad del ataque está en relación con la magnitud del cometido que Dios te haya encomendado y con las recompensas que te esperan si lo cumples. Por ello, el hecho de que Satanás te ataque es un cumplido. Por otra parte, Dios te «podará» a menudo para que des más fruto. Por eso es tan importante que permanezcas en Él. Por lo tanto, no te rindas ni te hundas, porque después de esta prueba podrás dar testimonio de la bondad de Dios.