Cristiano Anima a alguien hoy

«EPAFRODITO… A QUIEN… ENVIASTEIS A MINISTRAR PARA MIS NECESIDADES» (Filipenses 2:25)

Cuando las personas sufren, necesitan el apoyo de otros para poder recuperarse y volver a levantarse. Unos médicos investigadores han creado una substancia para unir los huesos, la cual ilustra lo anterior. Tal sustancia tiene el aspecto de pasta de dientes, y una vez inyectada en el cuerpo se solidifica en diez minutos. Doce horas más tarde, adquiere la fuerza de compresión de un hueso normal. Estudios de la revista médica Science confirmaron que el compuesto es prácticamente idéntico a los cristales óseos naturales y que se parece tanto al hueso natural que el cuerpo no lo rechaza. Semanas después de ser inyectada en el cuerpo, la substancia es sustituida por hueso. Según Associated Press, los ensayos clínicos «demuestran que este material reduce considerablemente el tiempo que los pacientes deben llevar escayola, les ayuda a caminar más pronto y disminuye el dolor».

Pablo nos presenta a Epafrodito como «…mi hermano, colaborador y compañero de milicia, a quien vosotros enviasteis a ministrar para mis necesidades… Recibidlo, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él, porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que os faltaba en vuestro servicio por mí» (Filipenses 2:25-30).

¿Qué le faltaba a Pablo? ¡Ánimo! ¿Quién se lo dio? «Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de milicia…» Éste trabajó hombro con hombro con Pablo, luchó por él y fue un regalo maravilloso para el apóstol. Todos buscamos esa clase de personas en época de crisis, porque nos levantan. Pídele a Dios hoy que te ayude a alentar a otros con palabras y hechos que les consuelen y sostengan. ¡No hay llamado más noble!