Para Saber Acerca del Tabernáculo. Parte 2

«…HAZLOS CONFORME AL MODELO QUE TE HA SIDO MOSTRADO…» (Éxodo 25:40)

El segundo elemento por el que se destacó la construcción del Tabernáculo del Antiguo Testamento fue la excelencia. Dios condena el perfeccionismo, porque ahoga la creatividad y nos roba el sentir de que estamos progresando. Jesús, por otra parte, condenó a los que querían impresionar a los demás: «Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa» (Mateo 6:2). Sin embargo, si interpretas lo anterior como que le puedes ofrecer a Dios cualquier cosa, te equivocas; cuando se trata de servir a Dios, Él busca la excelencia.

Dios dijo a Moisés: «Ésta es la ofrenda que aceptaréis de ellos: oro, plata, cobre… Me erigirán un santuario, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, así haréis el diseño del Tabernáculo y el diseño de todos sus utensilios» (Éxodo 25:3-9). ¿Por qué pidió Dios oro? Porque no va a aceptar nada de segundo grado ni imperfecto. ¿Sabes dónde se colocó Jesús cuando fue al templo? Detrás del arca de las ofrendas. Nos comenta Lucas: «Vio también a una viuda muy pobre que echaba allí dos blancas. Y dijo: En verdad os digo que esta viuda pobre echó más que todos, pues todos aquellos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía» (Lucas 21:2-4). Tú también ¡dale a Dios lo mejor!