Hacer algo con Dios es:

• Involucrarle en mi vida.
• Pedirle a él su consejo.
• Tener en cuenta sus mandamientos.
• Desear que su voluntad sea hecha en mi vida. (¿puedo yo hacer mi propia voluntad?)
• Dejar de lado lo que a mí me parece bueno y dar lugar a lo que Dios dice que es bueno.
• Hacer mi estilo de vida a su estilo, (Como Jesús)

Dios siempre quiere acompañarnos 

Si bien nosotros podemos decidir que Dios entre en nuestros asuntos y hacerle parte de nuestra vida diaria; Dios en cambio siempre quiere acompañarnos en todo, su compañía está dispuesta y no solo eso, Dios e stá dispuesto a apoyarnos en todo.

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas». Josué 1:9 

“Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará ni te desamparará. No temas ni te intimides». Deuterononio 31:8 

¿Por qué Dios quiere estar siempre con nosotros y nosotros no siempre con él? 

La razón es una sola, a nosotros lo único que nos separa de Dios es el pecado y cuando no queremos hacerle a él parte de nuestra vida cotidiana es porque realmente no queremos que sus mandatos molesten nuestro actuar.
¿Qué exagero amigosí NO, claro que no y solo debemos mirar a alguna de las situaciones que tenemos en la vida diaria.

El mayor problema de la sociedad hoy en relación a Dios, es que el hombre no está dispuesto a dar a Dios parte en las decisiones privadas de su vida por temor a que se a rruinen sus deseos.

El hombre tienen una relación estilo cafetería con Dios, me tomo un café escucho lo que dice mi amigo y hago lo que quiero.

Dios quiere involucrarse en tus asuntos y está dispuesto a llevar las consecuencias de todo y darte la salida para todo:

Encontramos en la Biblia miles de promesas dispuestas a ser aplicadas a nuestra vida.

“No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla.” 

Reclamamos siempre que Dios nos acompañe en los caminos difíciles.

Esto es casi natural llegamos a Dios para que nos solucione algo. Escuche alguien que decía ¿Por qué Dios no me lo dijo antesí Es que muchas veces antes del problema no involucramos a Dios en los asuntos.

La tarea más difícil la tienen Dios tra tando de solucionar nuestras dificultades cuando le llamamos y es tarde para una solución

Poniéndolo a prueba

Esta semana me puse a prueba a y durante un día trate de poner en práctica esto. Debo decir que ese día en especial mis asuntos fueron mucho más sencillos que de costumbre. Aquellas cosas que trataba de solucionar durante los días pasados fueron fáciles de solucionar involucrando a Dios.

En la preparación de la prédica, siempre oro antes, pero esta vez mientras la escribía, le decía Señor inspira mis manos y mente para transmitir, sentía que Dios me decía no tengas miedo escribe. Que maravillosa experiencia es esta.
Estaba esperando algo y llegó inesperadamente.
El tiempo rindió el doble.
Cada cosa que hacía trataba de pensar voy a involucrar a Dios en esto.
Le hablé, le pedí, le agradecí etc.

Yo se que en la práctica no es fácil estar consiente todo el tiempo que Dios está involucrado, per o esto es una cuestión de fomentar la relación con él.

Como lograr que esto no que solo en una buena prédica o reflexión sino que pueda surgir en un efecto en Uds.

Bueno aquí necesito nuevamente la ayuda de Dios y pido que el se involucre en mis palabras obrando en vuestros corazones. Estoy expectante a ver que es lo que Dios hace

Dios hace de verdad.

¿Creen Uds. que Dios ignora nuestro pedido?
NO, yo no lo creo.

Dirán Uds: Estoy esperando ya hace tiempo y Dios no me ayuda.

Déjame preguntarte a ti: ¿Qué has hecho tú para que Dios se involucre en el asunto? Tú me dirás yo oro todos los días: Se honesto contigo y con Dios : ¿Oras todos los díasí

Seguramente solo has puesto condiciones. Quiero esto y lo otro y lo de más allá.

¿Nos dará Dios todo lo que le pedimosí .

Santiago 4:3 dice que pedimos y no recibimos porque pedimos mal.
“Pedís, p ero no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” Santiago 4:3 

¿Depende tu relación con Dios de esto?