«CON VUESTRA PACIENCIA GANARÉIS VUESTRAS ALMAS» (Lucas 21:19)

El calendario de Dios

Cuando Dios te hace esperar algo más de lo que te gustaría, está ejercitando tu paciencia. Tus emociones son como caballos salvajes a los que hay que apretar las riendas. «…Os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa» (Hebreos 10:36). Lo único que hace tu impaciencia es amargarte a ti y a los que te rodean; sin embargo no va a apresurar a Dios. Él se rige de acuerdo a su plan y a su calendario. «…A su tiempo segaremos…» (Gálatas 6:9). Tú tienes prisa, pero Dios no la tiene; Él se toma su tiempo para hacer las cosas. Quizás no entiendas lo que está haciendo, pero Él sí lo sabe, y eso debería bastarte.

El tiempo de Dios es algo que sólo le concierne a Él. Nunca llega tarde, pero tampoco pronto. Él aprovecha toda oportunidad para desarrollar en ti el fruto de la paciencia, así como otros frutos. Para que ganes la carrera, ciertas cosas tienen que estar en orden. Si desarrollas tu potencial, pero no tu carácter, no glorificas a Dios. Si llegaras a lograr grandes éxitos pero fueras arrogante y duro con la gente, eso no le agradaría a Dios. Por eso, cuando te adelantas en un área, Él bloquea tu progreso en ella hasta que las otras se pongan al mismo nivel. Tú no eres consciente de eso mientras sucede, pero más adelante te darás cuenta del desastre que habría sido si hubieras hecho las cosas de acuerdo a tu calendario y no al de Dios.