«…SOMOS TRANSFORMADOS DE GLORIA EN GLORIA…» (2 Corintios 3:18)

La madurez espiritual se produce gradualmente

¿Cómo se describiría a alguien que es espiritualmente maduro? Según Leonard Wedel: «La persona madura no se toma demasiado en serio… mantiene la mente alerta… no se alarma fácilmente con cualquier situación adversa que surja… pasa por alto las nimiedades… nunca se cree demasiado importante para hacer cosas pequeñas ni es orgulloso para hacer cosas humildes… no acepta el éxito ni el fracaso como estados permanentes… es capaz de controlar sus impulsos… no le importa cometer errores… tiene fe en sí mismo, la cual se refuerza con su fe en Dios.’ Medido por el baremo anterior, ¿dónde estás tú? ¿Eres capaz de evaluar tu progreso sin desanimarte ni sentirte condenado? ¿Puedes tener en cuenta lo que todavía te falta por conseguir y sin embargo valorar y celebrar lo que ya has logrado?

La Biblia nos dice que somos transformados «de gloria en gloria». Es decir, que la madurez espiritual se produce gradualmente, con pasos pequeños, no con saltos de gigante. Debes aprender a vivir aferrado a la Palabra de Dios y no de acuerdo a tus sentimientos, porque dice su Palabra que mientras creas, Dios está operando en ti. «…Cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes» (1 Tesalonicenses 2:13). Hay una correlación entre tu alimentación diaria de la Palabra de Dios y tu grado de madurez. Y lo mejor de todo es que Dios no nos deja que lo hagamos solos, sino que «somos transformados de gloria en gloria… por el Espíritu…» (2 Corintios 3:18).