Ganarse el derecho a dirigir. Primera parte

«…NO COMIENCES SIN CALCULAR EL COSTO…» (Lucas 14:28 NTV)

Para ganarte el derecho a dirigir debes hacer lo siguiente:

1) Ora y evalúa la situación antes de actuar.

Si tu ego es atraído por el hecho de liderar a otros, eso mismo te hará vulnerable a sus presiones y elogios. «Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo» (Juan 6:15). Reconozcámoslo -¿a quién no le gusta ser el «rey» alguna vez?-. Pero Jesús no dependía del aplauso de las multitudes, sino que su meta era hacer la voluntad de su Padre. Y esa misma debería ser la tuya también.

2) No te limites a cubrir un puesto de trabajo, sino ocúpalo con la persona idónea.

A veces le pedimos a alguien que haga algo porque no tenemos a nadie mejor. ¿Pero qué pasa cuando la tarea les queda demasiado grande? Aquí está en juego mucho más que el no herir los sentimientos de alguien. Tu miedo a la confrontación hará que algunas personas vegeten en puestos equivocados, ralentizando con ello el proyecto de futuro y desanimando a otros más dotados a tu alrededor, quienes se preguntan: ‘¿Hasta cuándo va a tolerar eso?’

3) Busca el consejo más sabio. «El que anda entre sabios será sabio…» (Proverbios 13:20).

No pagues dos veces por la misma información, sino procura el consejo de alguien a quien respetes, alguien que haya recorrido el camino que tú quieres emprender, sobre todo cuando tu decisión afecte a otros; además, serás cuestionado si a la larga se ve que no tomaste la decisión correcta. Lo que hoy parece muy bueno, o suena muy atractivo en una presentación de marketing puede no ser tan bueno el día de mañana cuando aparezcan nuevas alternativas. Jesús te da la clave: «…No comiences sin calcular el costo…» (Lucas 14:28 NTV).