EL CUAL SERÁ RESTAURADOR DE TU ALMA, Y SUSTENTARÁ TU VEJEZ.» (Rut 4:15)

Cuando se te está agotando el tiempo

¿Qué haces cuando tienes la sabiduría, pero no el tiempo de hacerlo todo de nuevo? Parece que has perdido la oportunidad. Todavía te queda el deseo, pero cuando te miras al espejo, las arrugas y las bolsas debajo de los ojos te dicen que el tiempo se está agotando.

Escucha a Noemí: «Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja…» (Rut 1:12). Lo que quería decir era: «No os quedéis ahí esperándome; ¡mi vida ha terminado!» Cuando te sientes como que ya no te queda tiempo, te puedes convertir en una persona amargada y empiezas a rechazar a otros, sobre todo a aquellos que parecen pedir de ti lo que no puedes dar.

¡Hay buenas noticias! Justo cuando pensabas que Dios se había olvidado de ti y que tu «fecha de caducidad» ya ha pasado, Él puede volver a encomendarte algo. ¡Claro que puede! Él es el Dios de las segundas oportunidades. ¡Con Dios nunca eres demasiado viejo!

Escucha: «Booz, pues, tomó a Rut… y el Señor le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí [la suegra de Rut]: Loado sea el Señor, que hizo que no te faltase hoy pariente… [Este niño] será el restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez… Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya» (Rut 4:13-16).

¡Desde el punto de vista biológico era imposible para Noemí criar a un niño! Pero cuando Dios quiere darte algo, aunque se salte todas las reglas, ¡lo hará! No llega el fin hasta que el Señor dice que es el fin. Puede hacer cosas que nunca has visto antes y que ni siquiera puedes empezar a explicar. Así que, ¡confía en Él!