«Y AMABA ISRAEL A JOSÉ…; Y LE HIZO UNA TÚNICA DE DIVERSOS COLORES.» (Génesis 37:3)

La túnica de José

La historia de la vida de José la cuentan dos túnicas que llevó. Una fue la túnica del favor, y la otra la túnica de la tentación. Vamos a considerarlas:

«Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos…; y le hizo una túnica de muchos colores» (Génesis 37:3). Esa túnica simbolizó el favor especial que acompañaría a José durante toda su vida. Aun cuando estaba en la cárcel «…el Señor… le dio gracia…Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos…» (Génesis 39:21,22). Y más adelante leemos: «Dijo… Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto» (Génesis 41:41). Cinco veces en un solo capítulo leemos:

«…el Señor estaba con José» (Ver Génesis 39:2,3,5b,21,23b). ¡Eso es tener favor!

Pero el favor de Dios no nos exenta de los ataques. Escucha:

«Y era José de hermoso semblante… y la mujer de su amo… dijo: Duerme conmigo… Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió» (Ver Génesis 39:6b-12). Cuando Dios empieza a bendecirte, el enemigo usará todo lo que pueda para derribarte e impedirte que realices tu destino. El plan de Dios era salvar a una nación por medio de José. ¿Qué hubiera pasado si hubiera sucumbido a la tentación? ¡Date prisa! La batalla no sólo tiene que ver contigo sino también con aquellos a quienes Dios se ha propuesto bendecir por medio de ti, como son tus hijos, tus nietos, y tu círculo de influencia.

Satanás te ofrecerá los placeres del momento a cambio del gran privilegio de cumplir la voluntad de Dios. ¡No caigas en la trampa! Vuelve a revisar tu lista de prioridades. Vuelve a centrarte en lo importante. Camina con Dios y vive teniendo en cuenta el futuro.