«…PARA QUE VUESTRAS ORACIONES NO TENGAN ESTORBO» (1 Pedro 3:7)
Los Estorbos a las oraciones. Parte 1
He aquí dos cosas que estorban las oraciones:
1) Los pecados no confesados.
«…Vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír» (Isaías 59:2).
Como creyente, Dios quiere que camines en obediencia. «…Lo que pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios» (Miqueas 6:8). Fíjate bien que esos son «requisitos». Si no los cumples, estás perdiendo el tiempo orando, a menos que sea una oración de arrepentimiento. Debes buscar el perdón de Dios, y luego Él oirá tus plegarias.
2) Los conflictos sin resolver.
«Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer… para que vuestras oraciones no tengan estorbo» (1 Pedro 3:7).
No tiene sentido orar si estáis peleados los unos con los otros. «El que dice que está en la luz y odia a su hermano, está todavía en tinieblas» (1 Juan 2:9). Dios te responderá cuando vuelvas a la luz, trates con el asunto que te apartó y procures enmendar la relación. A veces no se puede hacer nada, pero «si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres» (Romanos 12:18). Tal vez la otra persona prefiera mantener el conflicto abierto en lugar de aceptar tus disculpas. Cuando suceda eso, analiza tu corazón. ¿Quieres de verdad la restauración o prefieres culpar al otro y dejar que los problemas sigan «hirviendo» por dentro? Si tus intentos de resolver la situación han sido sinceros y de corazón, Dios no dejará que esa relación rota sea un obstáculo para tus oraciones. Pero si tus intentos han sido egoístas y no convincentes, inténtalo de nuevo -esta vez en serio-.
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.