«…EL SEMBRADOR SALIÓ A SEMBRAR» (Mateo 13:3b)

3 Clases de tierra según la Biblia, comprueba cual eres

La semilla (la Palabra de Dios) es siempre productiva y el Sembrador (el Señor) nunca se desvía de su trabajo. La única variante es la tierra. Ésa en último término es determinante si la semilla será productiva. Aquí Jesús nos habla de tres clases de tierra. Comprueba y ve cuál eres tú:

(1) Tierra Dura

En tiempos bíblicos, senderos endurecidos discurrían a menudo a lo largo del campo de los labradores. Cualquier semilla que cayera allí, simplemente se marchitaba y moría. Cuando has sido pisoteado y decepcionado, a no ser que tengas cuidado, te puedes endurecer; desarrollas un escudo duro e impenetrable que se lo pone fácil a Satanás para venir y robar la semilla antes que tenga posibilidad de crecer.

(2) Tierra Superficial

En tiempos de Jesús, la mayoría de la tierra de cultivo en la Tierra Santa era tan sólo un palmo de tierra sobre la roca, con nada para sustentar las raíces. Richard Foster dice: «La superficialidad es la maldición de esta época. Vivimos en un mundo de relaciones someras, conversaciones superficiales, y momentos de oración a toda prisa. Saltamos de un acontecimiento espiritual a otro sin cimientos verdaderos”. ¿Te suena?

(3) Tierra Llena de hierbajos

Esta tierra está tan superpoblada que no hay espacio para otra cosa. Sus nutrientes alimentan las malas hierbas. El revuelo se arma en seguida y es peligroso, porque es tan sutil. ¿Te diste cuenta alguna vez cuántas veces eres bombardeado con garantías de que ciertos productos te darán la felicidad? Como el fabricante de coches cuyo slogan era: «No puedes comprar la felicidad de golpe… pero sí a plazos». ¡Vaya!

Haz hoy un análisis de tierra y arranca cualquier cosa que esté estorbando tu crecimiento espiritual. Una vez que tu corazón es tierno, tu devoción profunda, y tu vida esté en orden, te asombrarás de lo que Dios puede realizar a través de ti.