«…TENIENDO DIFERENTES DONES, SEGÚN LA GRACIA QUE NOS ES DADA…» (Romanos 12:6)

¡Hoy sé tú mismo!

Cuando intentas ser alguien que no eres, lo mejor que podrás ser siempre es: número dos. Sé tú mismo. Después de todo, ¿quién está más capacitado que tú? No sigas a la muchedumbre; sé la máquina y no el furgón de cola.

¿Reaccionas instintivamente ante nuevas situaciones preocupándote acerca de lo que pasaría si los demás te conocieran come realmente eresí ¿Temes que te rechazarían, se enfadarían o te dejarían? La Biblia dice: «…teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada…» (Romanos 12:6). Es cosa tuya reconocer y desarrollar los dones que Él puso en ti. Eso puede darte miedo, especialmente si te has pasado la vida buscando la aprobación de gente que no tiene nada que dar. Ten cuidado. Tus necesidades no satisfechas pueden permitir que otros te controlen y que sean un estorbo para que llegues a ser la persona que el Señor planeó.

«¿Qué clase de persona?»,preguntarás. Escucha: «…eres… hijo, también heredero de Dios…» (Gálatas 4:7); «…con Él nos resucitó, y… nos hizo sentar en los lugares celestiales…» (Efesios 2:6); «…sois linaje escogido…, pueblo adquirido por Dios…» (1 Pedro 2:9); «…somos hijos de Dios… coherederos con Cristo» ( Romanos 8:16b,17b). Con esas credenciales, ¿por qué querrías ser alguien diferente? Pablo escribió: «No os conforméis a este siglo [mundo]…» (Romanos 12:2).

Deja de hacer de tu vida una lucha continua con el fin de llegar a ser alguien que Dios nunca quiso que fueras. Él te hizo como eres, y punto. Si el Señor está satisfecho contigo, ¿porque no lo has de estar tú también?