«LEVANTARÁN ALAS… CORRERÁN… CAMINARÁN…» (Isaías 40:31)

Los que esperan al Señor levantarán alas como las águilas, correrány no se cansarán, caminarán y no se fatigarán. Observemos cada una de estas acciones:

(1) Levantando alas: Los pájaros vuelan de tres maneras distintas:

(a) Moviendo sus alas para contrarrestar la gravedad. Esto no es muy elegante y requiere mucho esfuerzo

(b) Planeando, alcanzando suficiente velocidad como para avanzar un rato antes que la gravedad surta efecto

(c) Levantando alas, cuando se aprovechan de las corrientes térmicas y suben a alturas extraordinarias sin mover una sola pluma.

A veces levantamos alas, la corriente del poder de Dios nos lleva y Él nos utiliza de manera asombrosa. Somos productivos y experimentamos una fuerza y una sabiduría más allá de nuestras habilidades naturales.

(2) Corriendo

Hay días en los que no consigues levantar alas, pero puedes correr sin que te canses. A lo mejor tienes que aletear un poco, pero, con perseverancia, ves resultados y sabes que, por lo menos, sigues en la carrera. Cuando corras ¡nunca te compares con los que están levantando alas! No intentes fabricar éxtasis espiritual; sólo continúa corriendo y tu momento llegará.

(3) Caminando

Cuando el dolor, el fracaso y el cansancio no te permiten levantar alas ni correr, lo único que puedes hacer es caminar sin desmayar, y aun esto resulta duro. Date permiso hoy para estar donde estás. El caminar también cuenta para el Señor. Si es lo mejor de lo que eres capaz ¡es suficiente! Los requisitos de Dios nunca superan la gracia que nos proporciona. Sencillamente continúa poniendo un pie delante del otro y sigue detrás del Señor, porque hay
veces que Él valora más caminar que correr o levantar alas.