“ES VERDAD QUE NINGUNA DISCIPLINA AL PRESENTE PARECE SER CAUSA DE GOZO, SINO DE TRISTEZA” (Hebreos 12:11).

¿Qué es una vida fructífera? – Parte 4

¿Por qué permite un Dios amoroso que experimentemos dolor, aunque sea una dosis pequeña? ¡Para que le prestemos atención! ¡Para cambiarnos!

Escucha: “Pero Este [nos disciplina] para lo que nos es provechoso…” (Hebreos 12:10b). La intención de Dios es darnos siempre “un toque con el codo” con cariño, con sabiduría, con persistencia, encaminándonos hacia la vida y el carácter que deseamos, pero que no podemos alcanzar sin su ayuda.

La Biblia dice: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11). ¿Qué es lo que Dios está buscando? ¡Fruto! Él sabe que sin una poda reiterada, la cepa solo producirá una ínfima parte de su potencial. Por eso es que todos tenemos nuestras “historias de podas”.

La disciplina de Dios suele empezar por un problema de pecado: un comportamiento no corregido o una actitud que está arruinando nuestras vidas. Esto se acaba cuando el problema desaparece.

¡La disciplina no tiene por qué ser continua! ¡Eso depende de nosotros! Solo experimentaremos dolor mientras nos aferramos a nuestro pecado.

¿Nos hace sentir bien la disciplina? ¡No! Pero, ¿es la disciplina la expresión de un amor comprometido? ¡Absolutamente cierto!

A Satanás le encantaría hacerte creer que por el hecho de estar siendo disciplinado con firmeza por tu Padre, eres un perdedor inútil. ¡Todo lo contrario! Solamente deberías dudar de su favor en el caso de nunca haber sido corregido. La Biblia dice: “Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos” (Hebreos 12:8). Hoy, tú puedes alargar o acortar el proceso de disciplina en tu vida; ¡eso depende solo de ti!