«MUCHOS LEPROSOS HABÍA PERO NINGUNO FUE LIMPIADO, SINO NAAMÁN» (Lucas 4:27)

Aflicciones extraordinarias el caso de Naamán

Es fácil creer a Dios en algo que ya Le has visto obrar antes. Pero las circunstancias de Naamán eran únicas; no sólo tenía lepra, sino que no conocía a nadie que hubiera sido curado de ello. No tenía un punto de referencia sobre el que basarse.

¿Estás siendo probado hoy en una situación «única» de tu vida? ¿Tu matrimonio? ¿Tu trabajo? ¿No quieres ni siquiera hablar de ello porque no conoces a nadie que haya superado lo que estás pasando? Si es así, ¡deja de concentrarte en las circunstancias y empieza a concentrarte en el Señor! Él no necesita nada para empezar a resolver tu problema. Recuerda, en Génesis Él «colgó» la tierra sobre la nada ¡y todavía sigue girando cada día!

Escucha: «Naamán… era un hombre … de gran prestigio» (2 Reyes 5:1). ¡Pero Dios estaba a punto de hacer de él un hombre excepcional! Cada vez que Él hace eso, nos deja entrar en apuros que humanamente hablando son imposibles de superar. Cuando el Señor quiere que tengamos una influencia extraordinaria, a menudo permite aflicciones extraordinarias. Es así como Él nos lleva de ser impresionantes a ser realmente excepcionales.

Pero cuando lo hace, ten cuidado. ¿Por qué? Porque una de las primeras preguntas que la gente te hará será: «¿Cómo lo hiciste?». Empezarán a admirar tu status y tu «armadura», cuando realmente había sido tu aflicción extraordinaria la que permitió al Señor hacer de ti la persona que has llegado a ser. Antes de poder ser excepcional, tienes que trabajar para desarrollar una fe que crea en Dios para lo imposible y confíe en lo que Él dice, a pesar del dolor y las penurias.

¿Estás hoy confiando más en Dios que en las circunstancias ?