«EL BUEN ÓLEO SOBRE LA CABEZA… DESCIENDE SOBRE… AARÓN… HASTA EL BORDE DE SUS VESTIDURAS…» (Salmo 133:2)

El aceite de la Unción fluye hacia abajo

El aceite de la unción que fue derramado sobre la cabeza de Aarón descendió hasta el borde de sus vestiduras. Esto es un principio indiscutible para todos los tiempos: ¡la bendición desciende, no asciende! No importa que tus subordinados piensen que eres maravilloso si aquellos que están por encima de ti no están de acuerdo. Hasta que entiendas esto, serás susceptible, sensible hacia los que, por sus propios intereses, quieren arrojar aceite sobre ti, diciéndote lo maravilloso que eres y lo que deberías hacer. La verdad es que no serás grande hasta que Dios te confirme. Escucha: «Este es mi Hijo amado, en Quien tengo complacencia; a Él oíd» (Mateo 17:5).

La Biblia dice que tus «…regalos… abren el camino que lleva a la presencia de los grandes» (Proverbios 18,16). Si quieres hacer grandes cosas por Dios, asómate a gente importante, no a cuidadores de césped que son fáciles de ser amenazados, sino a líderes que sirvan, que estén seguros en su propia identidad. Ellos son los que te inspirarán, apoyarán, corregirán, y te ayudarán a crecer.

Aunque te sientas descalificado y fuera de lugar a veces, si aspiras grandeza para el Señor, debes aprender el protocolo que va con tu posición. Eso significa emplear tiempo preparándote. ¡Mantente hambriento! Jesús dijo: «…los que tienen hambre y sed… serán saciados» (Mateo 5:6). ¿Eso te describe? Debería ser así, porqué si ya estás «lleno», ¿qué puede «añadir» Diosí Mientras te mantengas hambriento de algo más, el Señor continuará derramando sus bendiciones sobre tu vida. ¡Eso está garantizado!