“ESTAD, PUES, FIRMES… CRISTO NOS HIZO LIBRES…” (Gálatas 5:1)

El Regalo de la libertad según la Biblia

En la cima de la cúpula del Capitolio de Washington D.C. se erige una estatua de “la Dama de la Libertad” de más de seis metros de altura. Su cara está enmarcada en una cúspide de estrellas y ella sostiene un escudo de estrellas y rayas en la mano. Fue traída en barco desde Roma; en el transcurso de una tormenta feroz, el capitán ordenó que lanzaran parte del cargamento por la borda. Los marineros querían tirar a “la Dama de la Libertad”, pero el capitán se opuso, y gritó a pleno pulmón:

“¡Jamás! ¡Nos hundiremos antes de deshacernos de la libertad!”. Ben Franklin afirmó que: “Los que renuncian a la libertad por la seguridad ¡no merecen ni la libertad ni la seguridad!”. Un hombre sabio comentó en una ocasión: “Si valoramos algo por encima de la libertad, perderemos nuestra libertad. Y si valoramos la comodidad o el dinero más, también a estos perderemos”.

En 1945 Martin Niemoeller declaró: “Cuando los nazis vinieron en busca de los comunistas, no dije nada, porque no era comunista. Cuando vinieron por los judíos, no dije nada, porque no era judío. Cuando vinieron por los sindicalistas, no dije nada, porque no era sindicalista. Cuando vinieron en busca de los católicos, no dije nada, porque era protestante. A continuación vinieron por mí y… entonces ya no quedaba nadie para dar la cara por nadie”.

Debemos guardarnos de la apatía y nunca olvidar que una gran parte del mundo no disfruta de las libertades políticas y religiosas que damos por sentado. Recuerda:

“…Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gálatas 5:1b).