«ABRAHAM CREYÓ A DIOS Y LE FUE CONTADO POR JUSTICIA» (Santiago 2:23b)

¡Sigue en marcha como Abraham!

Abraham es el ejemplo de la fe más auténtica. Siendo gentil de nacimiento, procreó una nación nueva con un cuerpo envejecido. La Biblia dice que la fe de Abraham era tan grande que «le fue contada por justicia» (Santiago 2:23b). Del mismo modo que reconocemos el dinero como medio de intercambio, Dios aceptó la fe de Abraham como base de intercambio. En consecuencia, Él prometió: «Levántate y recorre la tierra a lo largo y a lo ancho, porque a ti te la daré» (Génesis 13:17).

¿Estás caminando hoy hacia algo que dice el enemigo que no alcanzarás nunca? ¿Vas cojeando y a rastras para poder llegar? Si es así, sigue, porque cuando llegues al destino, recibirás lo que el Señor ha prometido. La fe de Abraham tuvo que pasar por muchas pruebas:

(a) Cuando dejó a su parentela y su país, no tenía idea de adónde le llevaba Dios.

(b) No era guerrero, sin embargo tuvo que luchar contra el enemigo para salvar a su familia.

(c) Creyó que tendría un hijo, aun cuando tenía 100 años y cuando a su esposa se le había pasado la edad de quedar en cinta.

Mientras pienses que puedes solucionar tu problema a tu manera, Dios no hará nada. Pero cuando todas tus maquinaciones y planes hayan fallado… cuando tu presupuesto no cuadra y tu cuenta corriente está en números rojos… cuando tu vida es un caos y tu sustento terrenal ha desaparecido… el Señor dice: «Te bendeciré. Quienes quisieron atribuirse el mérito de tu éxito pueden apartarse, porque cuando al fin alcances tu destino, sabrás que no fue ‘…con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, [dice el Señor]'» (Zacarías 4:6). Por tanto: ¡Sigue en marcha!