«ME GUIARÁ POR SENDAS DE JUSTICIA…» (Salmo 23:3b)

Un sustituto digno Jesús Cristo el Señor

Algunos de nosotros hacemos regularmente lo correcto, pero ¿lo hace alguno de nosotros siempre? Escucha: «…No hay justo, ni aun uno» (Romanos 3:10b). «Bueno» dices, «soy una persona justa, en general». La Biblia dice: «el Señor es justo…» (Salmo 11:7). ¿Quieres decir que eres justo como Él? Nunca tomó una decisión equivocada, ni permitió ningún mal pensamiento, ni se equivocó de camino, ni dijo ninguna palabra errónea. ¿Sigues pensando que eres justo?

La pregunta es: ¿Podría un Dios que es justo vivir en el cielo junto a los que no lo son? Es como preguntar si la Universidad de Oxford admitiría al peor alumno repetidor de clase. Es una bonita idea, pero no califica para entrar. ¿Sería Dios justo si pasara por alto nuestros pecados y bajara el listón? No, no lo sería, y Él – sobre todo – es justo.

¿Qué podemos hacer, entoncesí ¡Encontrar un sustituto digno o ir al infierno! Y aquí es donde entra Jesús. Es el buen Pastor que dio su vida por las ovejas. Decía en la cruz: «Padre, ponlo sobre Mí. ¿Ese asesino? Pon en Mí su sentencia de muerte. ¿Aquella adúltera? Pon en Mí su vergüenza. ¿Aquél intolerante, aquel mentiroso, y aquel ladrón? Lo que se merezcan ellos, ponlo sobre Mí». Y Dios lo hizo:

«…Cristo padeció… por los injustos, para llevarnos a Dios…» (1 Pedro 3:18). La cruz era un lugar de trueque. Dios puso todos tus pecados sobre Cristo, y al mismo tiempo puso toda su justicia sobre ti. 

Escucha: «…se ha manifestado la justicia de Dios…» (Romanos 3: 21). ¿No te alegras de tener a Jesús cristo como tu Señor y Salvador?