» SIRVAMOS A DIOS AGRADÁNDOLE CON TEMOR Y REVERENCIA…» (Hebreos 12:28)

¿Cual es la adoración que agrada a Diosí

En Juan, capítulo 4, una samaritana con un pasado lleno de altibajos intentó debatir con Jesús acerca del mejor lugar, momento y la mejor manera de adorar. Pero Jesús le dijo que estas cosas eran irrelevantes. Dónde adoras a Dios no es tan importante como por qué o cuánto de ti mismo Le ofreces en el proceso. Escucha: «…los que Lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que Lo adoren» (Juan 4:24). Adorar consiste en que tu espíritu responde al Espíritu de Dios. No es cuestión de decir las palabras correctas; debes ser sincero en lo que dices. Alabanza sin el corazón no es alabanza para nada. Puedes adorar de un modo imperfecto, pero nunca debes adorar sin ser sincero.

La mejor manera de adorar para ti es la que representa auténticamente tu amor por Dios, basada en tu formación y personalidad. Si Dios nos hizo a todos intencionalmente diferentes, ¿por qué va a esperar que todos expresemos nuestro amor hacia Él de la misma manera? No hay un modelo único. No glorificas a Dios intentando ser alguien del cual Él no necesita otro más. ¡El Señor quiere que seas tú mismo! Escucha: «…los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que Lo adoren» (Juan 4:23).

Si tu adoración es irreflexiva, no tiene sentido. Jesús llamó «…vanas repeticiones…» a la adoración malconsiderada (Mateo 6:7). Incluso los términos bíblicos pueden llegar a ser «clichés gastados» por exceso de uso. Si se te acercara alguien y te repitiera: «Te alabo» cincuenta veces, probablemente pensarías: ‘¿En concepto de qué?’. Más bien te gustaría recibir dos cumplidos específicos en vez de veinte generalidades indefinidas. ¡Es lo mismo con Dios!