«…PADECEMOS JUNTAMENTE CON ÉL…» (Romanos 8:17b)

¿Quieres ser como Jesúsí

Como Dios pretende hacerte más como Jesús, Él te hará pasar por algunas experiencias por las que Jesús pasó: como ser repudiado por los que amas, criticado por gente de la iglesia, incomprendido por el mundo, y traicionado por aquellos que pretenden amarte. «¿Qué debo hacer?», preguntarás.

(1) Mantente centrado en los planes de Dios, ¡no en tus dolores!

Escucha: «…puestos los ojos en Jesús… el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz…» (Hebreos 12:2). Corrie ten Boom escribió: «Si miras al mundo, estarás angustiado. Si miras a tu interior, estarás deprimido. Si miras a Cristo, estarás tranquilo».

(2) ¡No te rindas a pensamientos a corto plazo!

Sigue poniendo la mira en el último juego. No obtendrás el trofeo hasta que no acabe la carrera, así que, ¡decide finalizar fuerte!

(3) ¡Niégate a rendirte!

Escucha: «…tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna» (Santiago 1:4). Cuando tratas de evitar las dificultades de la vida pones el proceso en cortocircuito, retrasas tu crecimiento y acabas con un tipo de dolor mayor – esa clase de dolor inútil que acompaña la negación y la evasión.

Una vez que captes la importancia del desarrollo de tu carácter, empezarás a orar menos oraciones de: «Consuélame», y más de: «Confórmame». Deja de preguntar: «¿Por qué yo?». En vez de eso, pregunta: «¿Qué quieres que yo aprenda?». Luego, confía en Dios y sigue haciendo lo que es correcto. En otras palabras, no te rindas – ¡crece!