¡Sólo di no!

«…DESPOJÉMONOS DE TODO PESO…» (Hebreos 12:1)

Ya en nuestra formación temprana asumimos que siempre que se presenta una oportunidad, debemos admitirla y abrazarla. ¡Mal hecho! Una oportunidad no es igual a una obligación.

En su libro Good to Great (‘Bueno Para Destacar’), Jim Collins dice que todos necesitamos una lista de «no hacer». Él escribió: «La mayoría de nosotros lleva una vida ajetreada pero indisciplinada. Tenemos listas cada vez más largas de ‘hacer’, tratando de llegar a ser más y más entusiastas haciendo más y más cosas. Pero esto raramente funciona. Aquellos que crearon buenas y grandes empresas se sirvieron tanto de listas de ‘no hacer’ como de las de ‘hacer’. Demostraron una disciplina asombrosa a la hora de desechar todo tipo de «basura» irrelevante y canalizar sus recursos en sólo una o varias áreas».

Al Reis añadió en su libro Focus (‘Foco’): «Mi experiencia ha sido que los grandes líderes, a pesar del montón de distracciones, saben como mantenerse centrados en lo importante. Saben como inspirar y motivar a sus seguidores para que sigan persiguiendo lo más importante. No permiten que los temas secundarios les agobien».

A menudo, la razón por la cual no nos negamos es porque tenemos miedo de: (a) decepcionar a alguien; (b) ser evadido; (c) perder una buena oportunidad. Pero en algún momento debemos enfrentarnos al hecho de que siempre habrá más oportunidades que tiempo para dedicarnos a ellas. Si no elegimos nuestras oportunidades con sabiduría y oración, perderemos la concentración en cada actividad. Negarse a decir no te roba, a la larga, tu oportunidad más grande: realizar el encargo que Dios te ha asignado. Así que elige tus oportunidades con cuidado. Muchas de ellas merece la pena perderlas. Ten valor y tan sólo di: «¡No!».