Cristiano amplia la zona de tu comodidad

«…EL SEÑOR… ME PUSO EN UN LUGAR ESPACIOSO» (Salmo 118:5b – La Biblia de las Américas)

Las cosas que te hacen disfrutar hoy son el resultado directo de aquello en lo que invertiste ayer. Así que, si quieres que tu futuro sea distinto, empieza a hacer algunos cambios. Cada uno de nosotros tiene una zona dentro de la cual se siente cómodo. Tomamos la mayoría de nuestras decisiones teniendo esto en cuenta. Fuera de esta zona comenzamos a sentirnos incómodos. Por ejemplo, a algunos de nosotros les falta autoestima si no llevamos ropa de marca; ¡otros ni pueden distinguir entre un traje de Armani y un chándal! Algunos se sienten intimidados por aquéllos que tienen una posición social superior; otros se sentirían estupendamente tomando café con el rey.

Realizar algo que valga la pena, normalmente supone ampliar nuestra zona de comodidad. Esto puede asustarnos. ¡Se necesitan agallas para salirse del «carril»! Mientras seguimos en el «carril», aprendemos a tolerar situaciones incluso insoportables, lo cual hace muy difícil cualquier cambio. Se necesita mucho valor para examinar la propia vida, decidir qué es lo que no funciona y modificarlo, especialmente si esto significa cambiar de trabajo, población, costumbres y relaciones.

Pero si ansías el fruto, tienes que hacer un esfuerzo. Contempla la tortuga: sólo puede avanzar sacando el cuello. David dijo: «…el Señor… me puso en un lugar espacioso» (Salmo 118:5b – LBLA). Arriesgarte diariamente te da poder; amplía tu ámbito. Así pues, ¡adelante, habla con aquella persona que te intimida, o pide un aumento de sueldo a tu jefe si te lo mereces! ¡Aprovecha las oportunidades que se te presenten, invierte en aquel negocio, come en un restaurante agradable, ¡incluso si esto significa ir solo! Cada noche antes de acostarte, planifica el «riesgo» que vas a correr el día siguiente. «¿Qué por qué?». Porque cuanto más amplia sea tu zona de comodidad, menos podrá controlarte el miedo.