El Crecimiento personal en la Biblia

«ENSANCHA EL SITIO DE TU TIENDA…; NO SEAS APOCADA; ALARGA TUS CUERDAS Y REFUERZA TUS ESTACAS» (Isaías 54:2)

Cuando llegan los treinta y cinco años, la mayoría de la gente ha dejado de adquirir nuevas habilidades y actitudes. ¿Esto te choca? Detente un momento y piensa; ¿cuánto tiempo hace desde que aprendiste una nueva habilidad? ¿Cuántas nuevas actitudes (como la de «Puedo hacerlo») has adoptado últimamente? ¿Cuán inclinado estás a la actuación automática? ¿Te sientes obligado a acercarte a un problema siempre de la misma manera? ¿»Enciende» una nueva idea tu «fuego», o te retiras a tu «concha»? ¿Estás habituado a la predecibilidad?

Salomón dijo: «Sabiduría ante todo, ¡adquiere sabiduría! Sobre todo lo que posees…» (Proverbios 4:7). Chuck Swindoll dijo: «El vivir y el aprender van mano en mano ? igual como el existir y el respirar. Las mismas horas y los mismos minutos que captan el asombro de un niño, profundizan la ranura de un adulto hacia el aprendizaje. Para los niños, aprender es algo natural; para nosotros es una molestia».

¿A cuál de los dos campos perteneces tú? ¿Te acuerdas de Caleb? Cuando tenía ochenta y cinco años todavía estaba «creciendo» y «agarrando» el futuro (ver Josué 14:12). Cuando debería haber estado jubilado confortablemente, estaba fuera luchando contra gigantes y reclamando montañas.

Mientras que sus amigos bostezaban, él anhelaba. Cada día, desde el amanecer, empezaba una nueva aventura para él. Dios dijo: [highlight]»Ensancha el sitio de tu tienda…; no seas apocada; alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda…» (Isaías 54:2,3)[/highlight]. ¡! ¿Sabías que te está hablando a ti?