Los «Honderos» en tu vida Cristiana

«…QUEDÓ EN PIE LA CIUDAD…, PERO LOS HONDEROS LA RODEARON Y LA DESTRUYERON» (2 Reyes 3:25)

En el Antiguo Testamento, los «honderos» eran personas que atascaban los pozos de los demás, echando en ellos piedras y mugre, amenazando así su misma supervivencia. Hablando de estas personas, la Biblia dice: «Cegaron… todas las fuentes de las aguas… Sólo quedó Kir-hareset, pero los honderos la rodearon y la destruyeron» (2 Reyes 3:25b).

Ahora bien, es probable que conozcas algunos «honderos», o aun peor, que has sufrido personalmente sus ataques. Identifícalos bien, porque son peligrosos. No puedes luchar en el barro con un cerdo sin mancharte. Él siempre ganará, y ¡además disfrutará de la lucha!

Si por casualidad eres «miembro» del «orden antiquísimo» y «fraternal» de los «honderos», o si sólo eres un miembro a tiempo parcial, Dios tiene una palabra que Él quiere que consideres: «Si quitas de en medio… el dedo amenazador y el hablar vanidad…, en las tinieblas nacerá tu luz [comenzarás a recibir atención y tener influencia con las personas apropiadas]… El Señor te pastoreará siempre [de repente, empezarás a hacer las decisiones correctas], en las sequías saciará tu alma [te dará éxito en los lugares más inesperados y a pesar de los obstáculos] y dará vigor a tus huesos [hará que vivas larga y sanamente]» (Isaías 58:9-11). Ya ves, ¡hay un «lote» de beneficios por los que vale la pena trabajar!

Así que, ¡no seas un «hondero». Guarda tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Vigila tus palabras, porque se convertirán en tus hechos. Protege tus hechos, porque se convertirán en tu carácter. Y guarda tu carácter. ¿Que por qué? ¡Porque él determinará tu destino!