Un «Ayuno de Críticas» – ¡Pruébalo!

«PON GUARDA A MI BOCA, SEÑOR…» (Salmo 141:3)

En Un Caminar Más Íntimo, Catherine Marshall escribió:

«Una mañana de la semana pasada, Dios me dio un encargo. Tenía que hacer un [highlight]»día de ayuno» de críticas[/highlight]. No debía criticar a nadie ni a nada. Durante la primera mitad del día me sentí completamente vacía, casi como si me hubieran borrado como persona. Esta sensación se manifestó especialmente a la hora de la comida.

Escuché a los demás y me quedé callada. Ningún miembro de mi bulliciosa familia pareció notarlo. Observé confusa que el gobierno federal, el sistema judicial y la institución eclesiástica aparentemente ¡podían manejarse bastante bien sin mis comentarios personales! Pero aun así, hasta la media tarde no fui capaz de comprender lo que estaba logrando aquel «ayuno de críticas«.

Entonces, Dios me dio una nueva visión para mi vida. Y portaba su «sello» inconfundible: ¡el gozo! Muchas nuevas ideas empezaron a aparecer en mi mente como hacía tiempo no sucedía. Ahora estaba claro lo que el Señor quería que yo viera. Mi naturaleza crítica no había solucionado ni una sola de las numerosas cosas que había censurado. Lo único que había conseguido era reprimir mi propia creatividad».

Escucha: [highlight]»La muerte y la vida están en poder de la lengua; el que la ama, comerá de sus frutos» (Proverbios 18:21)[/highlight].

Las palabras negativas crean un ambiente en el que la gente positiva no puede vivir, y donde no se encuentran soluciones creativas.

Sólo en un clima de fe y tolerancia se puede tomar riesgos, hacer progresos, y realizar los sueños. Por eso debes orar hoy: [highlight]»Pon guarda a mi boca, Señor» (Salmo 141:3).[/highlight]