Los Peligros del «manto» de José En La Palabra de Dios

«ISRAEL AMABA A JOSÉ MÁS QUE A TODOS SUS HIJOS, PORQUE LO HABÍA TENIDO EN SU VEJEZ; Y LE HIZO UNA TÚNICA DE DIVERSOS COLORES» (Génesis 37:3)

Fíjate en José y recuerda que hay peligros cuando llevas puesto un «manto» especial:

1) De pronto sientes la necesidad de ser el «manojo» importante entre los más «pequeños» y «sumisos» (lee Génesis 37:7).

Y cuando aparece alguien que es más listo, poderoso o atractivo que tú, te vuelves inseguro y criticón porque quieres ser el único que lleva ese «manto» especial.

2) Te insensibilizas ante el modo en que tu poder y posición afectan a los demás.

Mientras José llevó el manto, no pudo entender las luchas y frustraciones de sus hermanos que habían trabajado con el mismo esfuerzo que él, merecían el cariño de su padre tanto como él, y sin embargo parecían quedarse siempre cortos. Por eso, Pablo escribió: «…prefiriéndoos los unos a los otros» (Romanos 12:10b).

3) Mientras vistió la túnica, José no sabía de lo que sería capaz bajo presión.

Todavía no se había enterado de que -aunque lo hayas perdido todo- lo único importante es tener a Dios.

Antes de que pudiera vestir el siguiente «manto», ése que le hizo ser Primer Ministro de Egipto, pasaría años como esclavo y preso. Y fue en una prisión, y no en un palacio, donde llegó a darse cuenta de que no era el único a quien la vida no le había salido según lo previsto. (Antes de dirigir a personas, primero tuvo que comprenderlas.)

¡Ten cuidado! El egocentrismo te descalifica en los ojos del Señor. De manera que si estás hoy «entre dos mantos», alégrate.

Estás en un periodo de instrucción, y como en el caso de José, Dios está contigo. Cuando superes esto, ¡estarás listo para el trabajo que Él te ha llamado a hacer!