La Respuesta a la Incompetencia según la Biblia
«Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no descansaré… hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra… (Isaías 62:1,7)
«…NUESTRA CAPACIDAD PROVIENE DE DIOS…» (2 Corintios 3:5b)
Reconócelo: ¡la mayoría de nosotros no se despierta por la mañana sintiéndose demasiado aptos! No, somos muy conscientes de nuestras limitaciones cuando se trata de cosas como responsabilizarnos de suplir las necesidades de la familia, cumplir con las demandas de nuestro empleo cuando estamos hartos «hasta la coronilla», tirar adelante a pesar del agotamiento por un dolor crónico o una enfermedad, enfrentarnos a situaciones difíciles, luchar contra una vieja mala costumbre, aprender un oficio nuevo después de ser despedido, permanecer en un matrimonio que causa más dolor que placer, y encontrar la fuerza para seguir hacia delante cuando nuestros sueños han sido destrozados y se han esfumado. Fingimos tenerlo todo bajo control. Actuamos como si supiéramos manejar cualquier situación, cuando sabemos que no es así.
Pocas personas lucharon con la incompetencia hasta tal extremo como el apóstol Pablo lo hizo. Él escribió: «…para estas cosas, ¿quién es suficiente?…» (2 Corintios 2:16b). Sin embargo, gozó de un éxito asombroso. ¿Cómo? Escucha: «No que estemos capacitados… por nosotros mismos; …nuestra capacidad proviene de Dios…» (2 Corintios 3:5). Sin el Señor y el poder que Él derrama sobre nosotros somos totalmente ineptos.
Éste es un concepto difícil de digerir para el individuo orgulloso tipo «E» de «empeñado». Tener que pensar: «Sin Dios no sé lo que debo hacer, o cómo hacerlo apropiadamente, o de dónde vendrá el poder para hacerlo, así que conscientemente debo confiar en Él en todo momento» le hace chirriar su ego. Pero una vez que abraces aquellas palabras y empieces a vivir por ellas, cruzarás el umbral hacia la vida que siempre has querido.
«Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no descansaré… hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra… (Isaías 62:1,7)
«…PORQUE CUANDO SOY DÉBIL, ENTONCES SOY FUERTE» (2 Corintios 12:10b)
Pablo escribió: «…estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor… mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder…» (1 Corintios 2:3-4). Y continuó: «Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros…» (2 Corintios 4:7).
Pablo no solamente reconoció su insuficiencia sino que comprobó que a través de ella el Señor lo usó más eficazmente. Escucha: «…me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí. Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Corintios 12:7b-10). No importa cuánto tiempo hayas caminado con el Salvador, cada «gramo» de tu capacidad proviene de Él, y no de ti. Una vez que lo hayas reconocido, ¡asegúrate de nunca olvidarlo!
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Bienvenida Nancy! Gracias por tu comentario. Mil Bendiciones!
Gracias por las enseñanzas , Dios permite que sus hijos sigan alimentandose de la palabra.