¿Sientes hambre de Diosí

«MI CORAZÓN HA DICHO DE TI: `BUSCAD MI ROSTRO’. TU ROSTRO BUSCARÉ, SEÑOR…» (Salmo 27:8)

La búsqueda es la prueba del deseo. Nunca poseerás lo que no estás dispuesto a perseguir, y no perseguirás una relación con Dios a no ser que la desees más que cosas menores.

David Brynard, un misionero del siglo XVIII que llevó el evangelio a los indios americanos, escribió en su diario: «Con gran sosiego me fui a mi lugar habitual de retiro. Sólo sabía expirar mi deseo de una conformidad perfecta con Él en todas las cosas. Dios era tan precioso que el mundo con todos sus placeres pareció infinitamente vil. No tengo más anhelo por el favor de los hombres que por los guijarros. Al mediodía tuve el deseo más ferviente por Dios que nunca antes había sentido en mi vida. En mi retiro secreto, no paraba de decir a mi querido Señor -en una dulce calma- que sabía que no deseaba nada más que Él, nada más que la santidad, que Él me había dado estos deseos y que sólo Él podía dar las cosas que anhelaba. Nunca parecí estar tan inconsciente de mí mismo… tan absolutamente dedicado a Dios. Mi corazón fue absorbido en Dios durante la mayor parte del día».

David escribió: «¿A quién tengo yo en los Cielos sino a Ti? Y fuera de Ti nada deseo en la Tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la Roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. Mi corazón ha dicho de Ti: `Buscad mi rostro’. Tu rostro buscaré, Señor…» (Salmo 73:25-26; 27:8). [highlight]¿Sientes hambre de Dios dentro de tu ser? ¡Pues, pasa más tiempo con Él![/highlight]