Aprende a Decir No A La Carne y La Tentación

«NADIE LO PODÍA DOMINAR. …ANDABA… EN LOS SEPULCROS, E HIRIÉNDOSE CON PIEDRAS» (Marcos 5:4b-5)

La Biblia dice que este hombre «Muchas veces había sido atado…, pero las cadenas habían sido hechas pedazos por él…  Nadie lo podía dominar» (Marcos 5:4). No podían hacer que dejara de  herirse, porque cuando uno está bajo el control de Satanás, lo  último que hará es escuchar a quienes lo quieren. Cuando se trata de control, cualquier cosa que la «carne» quiera, la consigue. Por ejemplo, ¿has estado alguna vez muy convencido de algún pecado en particular que prometiste a Dios que nunca volverías a hacer, y sin embargo una semana después terminaste haciendo lo mismo? El problema es que una vez que comienzas a romper promesas hechas al Señor, es fácil hacer lo mismo contigo mismo y con otras personas. Cuando estás «en la carne», sientes como si puedes salir impune de cualquier cosa. Crees que porque eres tan discreto, nadie conoce las fantasías en las que te entretienes, o porque eres tan listo, tienes las mejores coartadas para todas tus actividades pecaminosas.

Lo que no comprendes es que al violar los límites que Dios puso en su lugar para tu protección, te estás haciendo daño a ti mismo y poniendo en peligro tu futuro. No es sólo cuestión de ser tentado; la Biblia dice que el Señor «…no… dejará (ser)[que seas] probado(s) más de lo que (podéis)[puedes] resistir…» (1 Corintios 10:13b). Es cuestión de que Dios puede confiar que impongas restricciones a tu propio comportamiento.

¿Hay un área fuera de control en tu vida? ¿Un amor pasajero? ¿Un hábito dañino? Si le pides al Señor que te ayude a decir «no» a la «carne» y a ejercer restricciones mediante el poder de su Espíritu, ¡Él lo hará! ¡Es una promesa!